Prosciutto di Parma DOP - 16 Meses - Mitad - Deshuesado

Retire parte de la corteza con un cuchillo afilado. Es posible eliminar parte de la grasa, pero hay que tener cuidado de no privar al jamón de toda su grasa, porque ayuda a conservar el sabor inconfundible. Al cortar, las rebanadas deben ser finas, como una hoja de papel.

El Prosciutto di Parma siempre es bueno y va bien con todo: los amantes de los desayunos salados pueden comerlo por la mañana, por ejemplo para rellenar crepes o tortillas; hay muchas recetas de primeros platos con jamón que pueden prepararse para el almuerzo (puede encontrar algunas ideas en nuestro Blog); es un protagonista que no puede faltar en una tabla de embutidos y quesos para presentar como aperitivo y, por último, nada mejor que un sencillo pero apetitoso bocadillo con jamón para una cena rápida pero sabrosa. 

Los vinos de nuestro territorio, el Lambrusco en particular, combinan perfectamente con este producto único e inimitable. 

Cómo almacenarlo: el producto envasado al vacío puede conservarse hasta la fecha de caducidad que figura en el envase. Una vez abierto, el producto debe conservarse absolutamente en el frigorífico, a una temperatura entre +4°C y +8°C. Para una óptima conservación, se aconseja engrasar ligeramente la parte cortada con unas gotas de aceite de oliva, y luego cubrirla con un film de plástico alimentario. 

Propiedades organolépticas:

• Aspecto: carne bastante húmeda
• Color: rojo vivo en la parte magra (con jaspeado y restos de tirosina); blanco en la parte grasa; 
• Olor: toque de pan tostado y un ligero olor a salado
• Sabor: equilibrado, entre dulce y salado

Curado: 16 meses

Ingredientes: carne de cerdo y sal marina; sin gluten y sin lactosa

Alérgenos: ninguno

Conservantes: ninguno

Calorías por 100g: aprox. 267 kcal