Vinagre Balsámico Tradicional de Reggio Emilia - Tríptico

En la antigüedad, el Vinagre Balsámico Tradicional de Reggio Emilia estaba reservado solo para los nobles, por lo que se lo consideraba un elixir precioso, rico también en propiedades beneficiosas. El mismo nombre balsámico encierra en sí mismo el concepto de medicina portentosa, que los afortunados guardaban en casa como panacea, remedio universal contra todos los males y como bálsamo saludable y regenerador para estómagos delicados.

El producto más joven, Etiqueta Aragosta (Langosta) tiene nada menos que 12 años. Con su delicado aroma y acidez agradablemente intensa, es ideal en carpaccios, pinzimonos y platos marinados.

Con el pasar de los años el producto adquiere una mayor concentración que atenúa la percepción de acidez y se percibe con una compleja y agradable sensación gustativa agridulce que lo hacen ideal para consumir en crudo, pero también para casi todos los primeros y segundos platos: así es el Vinagre Balsámico Tradicional Etiqueta Argento (Plata), envejecido más de 20 años.

Después de 25 años de envejecimiento, en barriles ricos en historia y aromas, se obtiene la etiqueta Oro y la indicación de Extra viejo. El Vinagre Balsámico Tradicional de Reggio Emilia se convierte así en un cofre de tesoros gustativos para descubrir y saborear gota a gota, estrictamente crudo, como un auténtico producto de meditación.

El Balsámico Tradicional nace gracias a la doble fermentación del mosto cocido y su uso alimentario se remonta a los romanos en la época del poeta Virgilio que trajo de vuelta las notas dulces del vinagre en las Geórgicas.

La disciplina de producción del Vinagre Balsámico Tradicional de Reggio Emilia limita el área de producción de las uvas y del Vinagre Balsámico Tradicional, su peculiaridad es que el producto final debe ser probado y certificado por un organismo especializado para atribuir el sello (Langosta, Plata, Oro), y debe pasar una estricta pero justa certificación para obtener la Denominación de Origen Protegida (DOP).